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La historia de mis Linux

Antes de nada, estoy haciendo pruebas con el nuevo sistema de Telegram de blogs instantáneos Telegraph, y esta entrada la he publicado también a través de Telegram, en el nuevo canal de Learning the Force en Telegram.



Llevo usando Linux, prácticamente desde el primer día que entré en la universidad, y de eso ha pasado hace ya mucho tiempo.
Antes de entrar en la universidad, sabía que existía Linux, pero no había tenido la oportunidad de trastear un rato con el, o simplemente estaba muy cómodo con Windows. Pero eso cambio mi primera semana en la universidad. Nos dieron una clase de introducción a Linux para la asignatura de programación, ya que íbamos a tener que manejarnos con el sistema en las aulas de prácticas. Me llamó tanto la atención, que me apunté a una charla de iniciación del GUL (Grupo de Usuarios de Linux), donde se explicaban los comandos básicos y alguna cosa más interesante sobre Linux. No faltó mucho más que esa charla para engancharme.
Cuando llegué a mi casa ese mismo día, entré en Internet, y gracias al nuevo y flamante ADSL de 256kbps que me acababan de instalar (Si, ya os dije que de eso hacía muuuuucho tiempo), bajé mi primera distribución de GNU/Linux para instalarla en mi PC.

 

Mandrake


Según leí en su momento, Linux Mandrake era una de las distribuciones más sencillas de instalar, ya que en ese instante, no tenía demasiada experiencia como para instalar algo desde consola. Mandrake, estaba basado en Red Hat, pero simplificando todo el proceso de instalación, y haciendo más amigable para alguien como yo en ese momento.
Guardo un buen recuerdo de esta distribución, ya que es donde empecé a ver otro entorno que no fueran las típicas ventanitas.
Mandrake pasó a mejor vida en 2011, aunque dejando un sucesor llamado Mandriva, que al final también paso a mejor vida, dejando un proyecto abierto llamado OpenMandriva que aun sobrevive.

Red hat


Después de un tiempo con Mandrake, me atreví a dar el paso a algo más puro, y más estable: Red Hat
Mandrake estaba basado en Red Hat, por lo que no me supuso mucho cambio, sobre todo a la hora de instalar paquetes, y demás entorno. Durante mucho mucho tiempo, fue mi sistema operativo principal, excepto las veces que quería jugar una partida a algo, que inevitablemente tenía que volver a Windows.
Red Hat, a día de hoy se encuentra activo, y se ha orientado a empresas, ya que el servicio técnico que ofrece, es sin duda el camino a seguir para los que quieran ganarse la vida con proyectos de software libre.

Ubuntu


Resulta curioso que no probase ninguna otra distribución hasta la llegada del todopoderoso Ubuntu, ya que pasaron unos cuantos años entre que empecé usar Red Hat, e instalé por primera vez Ubuntu en su versión 8.04.
A estas alturas, poca gente no conoce Ubuntu. Es sin ninguna duda la distribución de Linux más usada por la gente del mundillo, y tiene multitud de sabores a su alrededor (Kubuntu, Ubuntu Gnome, Ubuntu Mate, Lubuntu…) como para estar días y días intentando elegir cual instalar. Su facilidad de uso e instalación, su soporte LTS, y las continuas actualizaciones hicieron de él, lo que es hoy en día.
Ubuntu está basado en Debian, una de las distribuciones más antiguas, y más estables que sigue existiendo a día de hoy, y que gracias a sus paquetes de tipo deb se ha ganado su puesto a pulso.
Sigo usando Ubuntu a día de hoy, en su sabor Lubuntu, que es perfecto para dispositivos antiguos, o con poca capacidad gracias a su escritorio ligero LXDE. Aunque tengo que reconocer que también a la hora de trabajar sigo usando Ubuntu en su variante de Ubuntu Mate, ya que a la hora de tener compatibilidad con nuevo software, hay que reconocer que una Ubuntu, no tiene competencia.

Debian


Debian. Para todos los metidos en el mundillo de Linux, es imposible no haber oído hablar de esta distribución. Desde mi punto de vista, la más estable, con menos fallos, y con toda la potencia de los paquetes deb, de los que Debian fue origen.
La primera vez que toqué una Debian, fue en los PCs que había en las aulas de informática de la universidad, con la versión Potato instalada (Para los que no lo sepan, los nombres de las versiones en Debian, llevan nombres de personajes de Toy Story: Potato, Sid, Woody, Jessie, Whezzy…), casi recién salida del horno y con el entorno XFCE. Por ese entonces la instalación no era demasiado sencilla, y yo no tenía los conocimientos necesarios, por lo cual la descarté como mi primer Linux a instalar.
Después de algunas frustraciones pasadas con Ubuntu, decidí pasarme a Debian, y fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado: Mi PC no se colgaba ni queriendo, y podía con todo lo que le pedía. Acierto al cien por cien, y en mi PC sigue instalado como un campeón.
A día de hoy, si tuviera que recomendar una distribución para su día a día, definitivamente Debian sería mi elección sin ninguna duda.

Arch Linux


Llegamos hasta la actualidad. Arch Linux, es un concepto de distribución distinto de todos los demás que he tenido instalados: Los paquetes que llevan siempre están actualizados a su última versión estable liberada por cada desarrollador, en vez de tener una sola versión estable de los paquetes, que solo se actualiza a una nueva versión cuando los creadores de la distribución deciden que así sea.
Esta distribución no es para todo el mundo, ya que en cuanto se insertar el CD/USB de instalación lo único que te da, es un terminal, y a partir de ahí apáñatelas tu como puedas, por lo que el proceso es complejo para alguien no iniciado en el mundo de Linux.
Y os preguntareis: ¿Por qué instalar Arch Linux, cuando Debian funciona tan bien? La respuesta es más sencilla de lo que os imagináis: Me aburro. Simple y llanamente. Hacía mucho tiempo que no probaba nada nuevo en Linux. Estaba asentado en mi Debian que no fallaba ni aunque se le azotara con un palo, y necesitaba algo nuevo que probar.
Primero lo instalé en máquina virtual, para estar seguro del proceso que había que seguir para su instalación, y una vez teniéndolo claro, cogí mi antiguo portátil del trabajo, y repliqué paso a paso lo que había hecho, junto con alguna variación para los drivers gráficos.
Éxito total es lo que yo definiría al ver Arch Linux instalado y funcionando a la perfección. Y lo mejor de todo es que simplemente con el comando

pacman -Syu

el sistema se actualiza a la última versión de todos sus componentes, sin ningún problema adicional. Lo dicho un autentico éxito, que acaba de dividir mi corazón entre Debian y Arch Linux.
 
Espero que esta historia de mis Linux, os sirva como inspiración para entrar en un mundo increíble, y empecéis a olvidaros de una vez de esas ventanitas que tantos quebraderos de cabeza nos dan a los informáticos.